Aprende a desconectar del trabajo en vacaciones

Trucos para aprovechar mejor el descanso en verano, disfrutar y regresar ‘con las pilas cargadas’.

Si eres de los que engrosa la tasa de paro, el hecho de estar en agosto no significará gran cosa para ti y seguirás probablemente en esa ardua tarea que es buscar trabajo. Si, por el contrario, cuentas con un empleo, mejor o peor aunque trabajo al fin y al cabo, es muy posible que estés ahora disfrutando de las vacaciones o vayas a hacerlo en los próximos días.

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A pesar de que a las personas en situación de desempleo les parecerá un bendito problema, muchos trabajadores, sean funcionarios, empleados o autónomos, se enfrentan en el periodo estival a una dificultad muy habitual: no saber cómo desconectar de su vida profesional.

La tecnología, ¿un aliado?

Así como los ordenadores portátiles, las tabletas o los teléfonos móviles son un apoyo fundamental hoy en día, y permiten la evitar la presencia física en la oficina o en el propio negocio, durante las vacaciones pueden ser un enemigo. De esta manera, si no se tiene mesura y control en su uso, se corre el riesgo no disfrutar de las vacaciones.

Riesgos de no disfrutar de las vacaciones

En ese sentido, hay que tener en cuenta que no desconectar del trabajo durante las vacaciones tiene un doble efecto: el primero, personal, ya que ni se descansa ni se aprovecha el tiempo para uno mismo o para disfrutarlo con las personas que nos acompañan; y el segundo, que está relacionado indirectamente con el ámbito profesional, puesto que no ‘recargar las pilas’ acabará pasando factura en septiembre o más adelante, afectando a nuestro rendimiento en el trabajo.

Aprende a desconectar del trabajo en vacaciones

Además de hacer uso de nuestros dispositivos móviles con medida, que es un aspecto fundamental y por ello se ha citado en primer lugar (hay quien recomienda, de hecho, alojarse en lugares en los que no haya conexión), también hay que considerar otras cuestiones, que enumeramos a continuación.

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En primera instancia, es preciso destacar que los aspectos aquí mencionados son sólo consejos, ya que cada uno disfrutará de las vacaciones como mejor pueda y quiera. Con estas recomendaciones se pretende únicamente intentar dar pistas para que el descanso veraniego sea más efectivo.

Hay que saber delegar

Dejar todo bien atado es, desde luego, importante. Agenda pospuesta, traspaso de tareas a otro compañero o a un empleado y ofrecer una persona de contacto a los clientes por si éstos la necesitasen. Ésas son las mejores maneras de evitar que te estén llamando por teléfono o enviándote correos electrónicos.

Nadie es imprescindible

Relacionado con el punto anterior está el hecho de que nadie es imprescindible y así debemos asumirlo. A los autónomos con empleados o a los dueños o gestores de pequeñas y medianas empresas les suele producir cierto vértigo, pero hay que ser capaz de confiar en el propio equipo, puesto que por algo hemos seleccionado de manera previa a esas personas para trabajar con nosotros.

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El negocio va a seguir funcionando aunque te vayas una semana al desierto, a navegar en alta mar o a hacer montañismo a los Alpes. Así que no puede ser tan grave que te vayas unos días a la playa.

Aunque sean pocos días, disfrútalos

Más vale tener unas vacaciones que sean cortas si la desconexión es total, o al menos muy intensa, a marcharnos más tiempo de veraneo con la oficina ‘a cuestas’. En el primer caso, el efecto beneficioso sobre la mente será mayor y más eficaz.

Cambiar de rutinas y de horarios

Si trabajas en casa, como les ocurre a muchos freelance, o, por el motivo que sea, no puedes irte de viaje, también hay forma de desconectar. Actividades que has ido dejando sine die, ir a la piscina o cualquier acción relacionada con el ocio (muchas no tienen por qué significar un gran desembolso de dinero) pueden ayudar en ese sentido. El caso es cambiar las rutinas y los horarios.

Centrarte en las personas que te rodean

Aunque, como es lógico, es una cuestión personal y cada uno es muy libre de hacer lo que considere, aconsejamos interactuar con las que personas con las que se está de vacaciones. A pesar de que parezca una obviedad, centrarse en las personas ayuda a no estar tan pendiente del móvil, de la tableta, del ordenador portátil o, incluso, de pensamientos sobre nuestra actividad profesional.

Evita contar los días que te quedan de vacaciones

Este último consejo es quizá fácil de dar, pero difícil de cumplir. Sin embargo, allá va: trata de no contar los días de vacaciones que te quedan e intenta simplemente centrarte en disfrutarlos. Si te pasas el día contando las jornadas que restan de tus vacaciones, al final no desconectarás y, por tanto, ni descansarás ni ‘recargarás pilas’ para el regreso.

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