Cuando tienes un contrato temporal (o varios) es normal preguntarse “¿y ahora qué pasa con el paro?”. El problema no es solo que el contrato sea breve, sino que los días que hayas trabajado y cotizado lo sean también. Porque en el fondo, para tener derecho al paro y no perderlo, lo fundamental es haber cotizado lo suficiente y cumplir los requisitos que marca la ley.
Si terminas un contrato temporal y no tienes claro si tendrás derecho a la prestación contributiva, aquí va lo importante: con contratos breves o discontinuos podrías no cumplir los mínimos exigidos. Y eso significa que no tendrás derecho a la prestación o que sólo puedas acceder a un subsidio. Vamos a verlo con detalle.

Entender qué cotización se exige
Para acceder a la prestación contributiva por desempleo tienes que haber cotizado por desempleo al menos 360 días en los últimos seis años antes de quedarte desempleado. Si no lo cumples, no te reconocerán esa prestación.
El tipo de contrato importa menos que los días que realmente hayas cotizado. Aunque sea temporal, lo que se mira es si has estado dado de alta todo ese tiempo y cotizando por desempleo. Si sumas varios contratos temporales que en conjunto no alcanzan esos 360 días, te quedas fuera de la prestación “normal”.
Además, si has tenido contratos muy cortos, la reforma laboral ha incrementado ciertas penalizaciones en la cotización para contratos de duración determinada. Es decir, tu cotización puede estar afectada también por el tipo de contrato.
Por otro lado, aunque no alcances los 360 días, puede que tengas derecho a un subsidio por cotización insuficiente. Pero ojo, eso no es lo mismo que la prestación contributiva, y sus condiciones son distintas: necesitas menos días cotizados y cumplir otros requisitos sobre ingresos familiares.
Qué puede hacer que pierdas el derecho al paro
Imaginemos estas situaciones reales: cerramos con un contrato temporal de 6 meses, estamos varios meses sin trabajar y luego firmamos otro contrato de 3 meses… en total sumamos 9 meses. No alcanza los 360 días cotizados. Pues aún así, al quedar desempleado, no tendrás derecho a la prestación contributiva. Quizás al subsidio, pero no a la prestación “normal”.
O bien, terminas un contrato temporal y se te olvida solicitar la prestación en el plazo. Aunque las cotizaciones queden acumuladas, si no lo haces a tiempo, puedes perder días de prestación e incluso parte del derecho. Es un detalle que muchos pasan por alto.
También, si tienes múltiples contratos temporales cortos, la rotación alta del empleo temporal reduce tus oportunidades de generar derecho efectivo al paro. Es algo señalado por estudios: la temporalidad excesiva dificulta que llegues a esos 360 días cotizados.
Entonces, aunque hayas cotizado algo, si no llegas al mínimo exigido, o bien no solicitas la prestación en el plazo, o bien tus contratos han sido tan breves que no suman días suficientes… lo más probable es que pierdas el derecho a esa prestación por desempleo o accedas a una ayuda menor.
En resumen, si has trabajado con contratos temporales, toma nota de cuántos días llevas cotizados, revisa cuándo termina tu derecho (las cotizaciones cuentan de los últimos seis años), y si ves que no llegas al mínimo de 360 días, considera que quizás sólo te quede un subsidio, con condiciones más estrictas. Y lo más importante: solicita la prestación en el plazo correcto, porque aunque hayas cotizado, el derecho puede perderse si no actúas a tiempo.











