Aunque el Gobierno nos asegura que lo peor de la crisis española está pasando ya, nos queda lo más duro, como los meses de otoño e invierno.
Así, el empleo será especialmente difícil en estos meses, donde se establece que será más duro con los trabajadores con contratos indefinidos y los autónomos o por cuenta ajena. Estos datos se desprenden del estudio realizado por los Analistas Financieros Internacionales (Afi) y la patronal de grandes empresas de trabajo temporal (Agett).
En el segundo trimestre de este año se destruyó empleo indefinido por primera vez en 14 años, al perderse 135.000 asalariados con contrato fijo en sólo tres meses. De esta forma, vemos como la contratación indefinida seguirá estancada mientras la actividad de las empresas no se reactive, pues éstas continuarán recurriendo a los contratos temporales para ajustar sus plantillas. Una solución que, a la larga, no lleva más que problemas.
Las previsiones contenidas en este informe apuntan a que la caída del empleo se intensificará en agosto y septiembre hasta una tasa interanual del -7,7%, si bien en octubre ésta se irá a niveles menos severos (-7,1%), de forma que se llegará al otoño con 18,6 millones de ocupados, 300.000 menos que los previstos para julio (18,9 millones).
Por lo que respecta al sector autónomo, la reducción del número de personas que trabajaban por cuenta ajena cada vez sube mes a mes, creando una situación que ya empieza a ser alarmante entre el colectivo. Las cifras hablan por si solas: afiliación a la Seguridad Social del mes de julio de autónomos (13.400 bajas en un mes y casi 190.000 en un año).
Nadie está seguro y el contrato temporal será la estrella del año, cuando lo que se quería era reducir este tipo de contrato que no tiene ventajas ni para la empresa (que tendrá que seguir contratando personal distinto para un mismo puesto y vuelta a enseñar), ni para el trabajador (que tendrá un trabajo sólo para unos meses).