Desempleo por comunidades autónomas: qué regiones lideran la bajada y cuáles se quedan atrás

El paro sigue bajando en España, y esta vez el dato tiene más peso que otros años. Según las últimas cifras, la tasa de desempleo nacional ha caído hasta el 10,3 %, su nivel más bajo desde 2008. Pero detrás de este número hay una realidad más compleja: mientras algunas comunidades autónomas logran reducir el paro con fuerza, otras apenas avanzan o incluso empeoran. Es un país que se recupera, sí, pero a dos velocidades.

La creación de empleo ha vuelto a coger ritmo, sobre todo en los sectores más ligados al turismo, la hostelería y el consumo. Las campañas de verano han tirado con fuerza del mercado laboral, y eso se nota en las comunidades más dependientes de estos sectores. Sin embargo, la brecha entre regiones se agranda y deja claro que no todas están aprovechando por igual el viento favorable de la economía.

Las comunidades que más empleo crean

Las Islas Baleares lideran claramente la reducción del paro con un descenso cercano al 8 % en el último mes. Le siguen Andalucía y Castilla y León, con caídas de entre el 3 y el 4 %. Son cifras que reflejan la fortaleza del turismo y el buen momento de la hostelería, pero también el efecto de una temporada turística que ha superado las previsiones.

En el conjunto del país, más de 230.000 personas han salido de las listas del paro en el último trimestre, una cifra que devuelve algo de optimismo al mercado laboral. La contratación indefinida sigue creciendo, aunque a menor ritmo, y la temporalidad sigue siendo uno de los grandes desafíos.

Estas regiones que más empleo generan tienen algo en común: su capacidad de diversificar la economía. No dependen solo del turismo, también de la industria ligera, los servicios y el comercio. Esa mezcla permite sostener mejor el empleo cuando otros sectores se enfrían. Además, están atrayendo inversión y nuevos proyectos empresariales, lo que se traduce en más oportunidades de trabajo.

Las que se quedan atrás

No todo son buenas noticias. Algunas comunidades han frenado su mejora o incluso han visto cómo el desempleo repuntaba ligeramente. Cantabria, por ejemplo, registró un aumento del paro en septiembre, rompiendo con la tendencia nacional. En el País Vasco, la tasa ha subido hasta el 6,8 %, y otras regiones del norte, como Asturias o Galicia, avanzan con pasos mucho más cortos.

Las causas son distintas según el territorio. En las regiones más industriales, el crecimiento del empleo es más lento porque la demanda internacional está débil y algunos sectores exportadores han reducido actividad. En cambio, en las zonas más rurales o con menor tejido empresarial, el problema sigue siendo la falta de oportunidades y la fuga de talento joven.

La estructura económica pesa mucho. Las regiones más turísticas o con un fuerte componente de servicios tienden a reaccionar más rápido ante una mejora del ciclo económico, mientras que las que dependen de la industria o la agricultura tardan más en notar los efectos. Eso genera desigualdades que, si no se corrigen, pueden consolidar un mapa laboral muy desigual dentro del mismo país.

Aun así, la tendencia general sigue siendo positiva. Incluso en las comunidades más rezagadas, el paro interanual baja y se crean nuevos empleos, aunque a un ritmo más lento. El gran reto será mantener esa evolución cuando llegue el invierno, un periodo que suele enfriar el empleo estacional y poner a prueba la fortaleza del mercado laboral.

Hacia un empleo más equilibrado

Si algo muestran estos datos es que la recuperación del empleo en España es real, pero todavía frágil. La economía avanza, pero de forma desigual. Para quien busca trabajo, esto se traduce en algo muy concreto: hay zonas donde las oportunidades crecen y otras donde siguen estancadas. Por eso, moverse, formarse o cambiar de sector puede ser clave en los próximos meses.

España podría cerrar el año con una tasa de paro por debajo del 10 %, un hito que no se alcanza desde antes de la crisis financiera. Pero para que esa mejora se sienta en todos los territorios, hará falta algo más que buenas cifras: políticas activas de empleo, inversión y un impulso real a la productividad.

El país avanza, sí, aunque no todos al mismo paso. La recuperación está en marcha, pero solo será sólida cuando el crecimiento del empleo llegue a cada rincón.

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