Este mes ha venido con sorpresas. El paro entre menores de 25 años cayó hasta los 171 003, la cifra más baja desde 2008. Y no es un simple bache estadístico: es el reflejo de una tendencia que por fin marca un antes y un después para muchos jóvenes que buscan su primer empleo.
Te estarás preguntando por qué importa tanto este dato. Pues porque a veces una cifra hace más que mil discursos: es una oportunidad. Si estabas buscando trabajo o tienes algún familiar que lo está pasando mal, esto puede abrir puertas que parecían cerradas hace un año.
Contexto general: paro total por debajo de 2,5 millones
No solo es que el paro juvenil marque mínimos históricos. El desempleo total también bajó de los 2,5 millones, algo que no ocurría desde julio de 2008. En concreto, en mayo se registraron 2 454 883 desempleados, con una caída de casi 58 000 personas en apenas un mes. Además, la afiliación a la Seguridad Social alcanza cotas nunca vistas: más de 21,8 millones de trabajadores dados de alta, récord total.
¿Significa esto que estamos en la gloria? No exactamente, pero sí que hay motivos para ser un poco optimistas. Sobre todo si eres joven y estás buscando tu primer contrato.
Lo que este dato de paro juvenil te indica
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Las empresas están contratando a jóvenes de nuevo, y lo hacen con cierta estabilidad: alrededor del 42 % de los contratos firmados en mayo fueron indefinidos.
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En solo un año, el paro juvenil se redujo un 3,6 % respecto al mes anterior y un 4,5 % respecto a hace doce meses.
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Aunque el desempleo juvenil sigue siendo más alto que el general —sobre el 25 % frente al 10 % en mayores de 25 años— la brecha se acorta.
¿Qué puede hacer un joven hoy?
Que no todo es esperar a que llamen de una oferta. Sí, los datos pintan bien, pero hay que moverse. Aquí tienes un enfoque práctico, casi sin complicarte la vida:
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Regístrate en portales oficiales y privados (SEPE, Infojobs…).
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Mejora tu perfil: revisa tu CV con intención, hazlo corto, claro y orientado a cada oferta.
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Activa alertas, inscríbete en cursos que te ayuden a mejorar (idiomas, digital…).
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Prepara entrevistas: habla de lo que aportas, no solo de lo que falta.
Puede parecer una lista obvia, pero la clave está en hacerla con ganas y constancia. Cualquier paso puede marcar la diferencia.
¿Y esto cambia el futuro?
Un joven que consigue un trabajo indefinido a los 23 o 24 no solo mejora hoy su situación: también mejora su futuro a largo plazo. Ganar experiencia, aumentar salario, independizarse… esas cosas que parecen pequeñas, pero que tienen un efecto enorme en tu vida.
Lo mejor es que no se trata de cifras frías. Si esto sigue así, en pocos años podríamos ver una auténtica generación que ya no se siente condenada a contratos basura o veranos a media jornada. Quizás podrías ser tú, tu cuñado o tu mejor amigo… y eso puede cambiar el ambiente en una casa, mejorar relaciones y hasta proyectos futuros.
Así que no te quedes solo con el titular. Si tienes entre 18 y 25 años, ve pensando en lo que puedes hacer ahora para aprovechar este momento. Porque cuando los datos acompañan, tu actitud puede rematar el trabajo.